miércoles, 17 de septiembre de 2008

La mala memoria

Últimamente la contingencia nacional se ha visto remecida con la lamentable noticia de la muerte de un joven en Providencia, la víctima en cuestión fue asesinada de dos puñaladas y luego golpeado en el suelo por sus atacantes, jóvenes igual que él… todo por una discusión sobre las preferencias sexuales.

Este incidente, terrible como pocos, tiene tantas aristas que este posteo se quedaría corto para abordarlos todos y lograr un análisis medianamente decente, pero vale la pena intentarlo. Por una parte tenemos la intolerancia tremenda sobre las preferencias sexuales, que se demuestra con tamaña reacción; cierto es que los jóvenes tenían sus ánimos alterados gracias al alcohol y las hormonas propias de la adolescencia, pero insisto: impacta las razones del inicio de la pelea. Este es uno de los temas que se puede desprender de la muerte de este joven.

Otro punto es la reacción de uno de los padres quien increíblemente trata de bajarle el perfil diciendo "en cualquier momento puede venir una pelea, porque también uno se puede encontrar en las mismas, está peleando sólo, cae y le pegan en el suelo, es lo mismo. Si las peleas son así". QUE DESAFORTUNADA DECLARACIÓN. Saben los padres en que andan sus hijos realmente? Qué papel les cabe a los padres en el control de sus hijos?. Se puede debatir largamente sobre los estilos y formas que tienen los padres para educar a sus hijos; mucha libertad o mucho control, es un tema de nunca acabar. Los psicólogos siempre apuntan al equilibrio, claro súper fácil decirlo, pero del dicho al hecho…

Pero lo que yo quisiera realmente tratar es la reacción de las autoridades de Providencia y de la gente en general. Resulta que ahora quieren prohibir la reunión de “pokemones” y otras tribus urbanas en la comuna. Conociendo la historia del alcalde Labbé, un reconocido ex agente de la DINA, debo decir que no me extraña; eso de prohibir la libertad de transitar y la libertad de reunión (practicas tan comunes en la dictadura) parece llevarlas en la sangre… No me extraña, pero me indigna. Me indigna que la gente apruebe esas medidas demostrando una falta de tolerancia y una ignorancia tremenda acerca de cómo tratar estas contingencias de índole social, cuyas raíces son mucho más profundas de lo que la gente cree. Ojala que ideas tan retrogradas e injustas no encuentren eco.

Y por supuesto ahora vienen los canales de televisión quienes se encargaran de crucificar a cualquier tribu urbana, “pokemones” incluidos, y por ende a gran parte de los adolescentes del país. El noticiario de Redtv ya lanzo su amarillista encuesta diaria; no la recuerdo muy bien pero decía algo así: “tribus urbanas: búsqueda de identidad o excusa para delinquir”. Impactantemente casi la totalidad de las personas piensa que es una excusa para hacer desmanes.

Por todos es sabido que la adolescencia es EL periodo de la vida donde se crea y reafirma la personalidad, sumen a esto que la necesidad de pertenecía (es decir la identificación con un grupo de pares) es una necesidad vital tanto como la necesidad de abrigo (no la ropa, si no que un techo donde vivir) y comprenderán porque me impacta tanto el resultado de esa votación.

Es cierto, no me caen bien los “pokemones”, me he burlado de ellos (no hace mucho); quizás por su aspecto, quien sabe que… no les compro su pose, sin embargo es indudable que para los adolecentes es un asunto serio. Y aquí hago un mea culpa y hasta una disculpa pública porque cuando yo era adolescente también tenía mi grupo con el cual identificarme y de seguro parecía ridícula y condenable ante los ojos de los demás; me di cuenta que frágil es la memoria y como para los más viejos es fácil olvidarse que fueron “coléricos” alguna vez; me di cuenta que me estoy poniendo vieja, que ya no entiendo mucho las nuevas tendencias y recapacite en mi actitud.

A pesar de eso no perdí de vista que lo que le ocurrió a este joven, no es culpa de tal o cual tribu (por mucho que no entienda a los dichosos “pokemones”) y que me molesta enormemente ver como se rasgan vestiduras por las razones incorrectas. Hagamos que la muerte de este chico abra otro tipo de debate… uno con mas altura de miras por favor.