Cuando era adolescente, en aquellas primeras oportunidades cuando uno tuvo sus primeros acercamientos a los carretes con alcohol había un comportamiento que siempre llamo mi atención y es básicamente la relación alcohol - virilidad.
Se han fijado que la mayoría de los hombres les encanta vanagloriarse de su resistencia al alcohol? de esa capacidad de beber y beber y no emborracharse? Esta situación es extremadamente crítica en la adolescencia... bueno, también en aquellos que se quedaron pegados, pero ese es oootro tema.
Ay! de ti si corres la mala suerte de ser hombre y quedar muy borracho; lo más suave que te puede ocurrir es despertar con la cara pintada. Para que hablar de los webeos al día siguiente, mientras que el que quedó de los últimos y vio a todos morir comienza a pavonearse y disfrutar de su creciente popularidad de macho...
Siempre me molesto esa actitud, jamas me ha gustado eso de creerse muy macho; menos aun por razones tan equivocadas como ésta. El problema es que ver la resistencia al copete como un indicador de masculinidad es una tradición largamente perpetuada en la historia y de gran aceptación en el mundo entero.
Se dice que niveles altos de testosterona se relacionan con una mayor capacidad de procesar el alcohol por el hígado, pero mi búsqueda de información al respecto fue infructuosa y es mas encontré información en total contraposición a esa teoría y que alguna vez había comentado con mi amigo Toño: EL ALCOHOL FEMINIZA A LOS VARONES. Lealo y asombrese.
Me habría gustado hacer este posteo antes del año nuevo, como una pequeña advertencia; pero es que no pude librarme de las infusiones alcohólicas durante estas celebraciones (JAjajJAJAJJjaJAJJAJA) y que dicho sea de paso tambien tiene consecuencias nefastas para nosotras las mujeres.