miércoles, 30 de noviembre de 2011

El famoso Champix


Cuando la idea de dejar de fumar empezó a rondar por mi cabeza, me fui directo a la fuente de todo lo que existe en el mundo: Google XD

La web es fuente infinita de conocimientos, algunos útiles y otros definitivamente son basura. Dentro de todos los métodos para dejar de fumar leí uno bien loco que consistía en un plan de ingesta de agua en ayunas, no entendí muy bien de que se trataba pero la idea básica era llenarte con cantidades irrisorias de agua… cómo eso te ayudaba a dejar de fumar, nunca lo sabré.

En un lado más serio estaban las charlas motivacionales de Allen Carrdonde por cierto te reembolsan tu dinero si es que no lo dejas, las hipnosis, el cigarro electrónico y muchas páginas de consejos que son muy útiles y otros prometiendo resultados milagrosos. Todos métodos que de seguro les han resultado a algunos, donde el hincapié esta en controlar los deseos de fumar sólo con el poder de la mente.

La fuerza de voluntad es lo principal, en eso creo que todos estamos de acuerdo y ningún tratamiento o método podría funcionar sin tener la voluntad y el deseo de dejar de fumar, pero en ciertos casos eso no basta, la dependencia a la nicotina es algo fisiológico que involucra neurotransmisores y mecanismos neurobiológicos complejos donde es probable que tu voluntad falle.

Y allí fue cuando a los químicos farmacéuticos de Pfizer se les ocurrió crear un medicamento que ayuda a bajar la ansiedad y los síntomas de abstinencia en una terapia de cesación tabáquica: Champix que salió a la venta en el 2006 (el link lleva al prospecto del medicamento).

Desde que está en el mercado los resultados han sido muy prometedores, champix logra alrededor de un 50% de abstinencia una vez finalizado el tratamiento (pensarán que es poco, pero las recaídas son casi ineludibles en los tratamientos para dejar de fumar). Cuando leí sobre él me dije, esto es lo que yo necesito, una pequeña ayuda a la voluntad.

Debido a que es taaan efectivo, la gente comenzó a comprarlo y es aquí donde empiezan las cosa negativas: El precio subió estratosfericamente y pasó de $75.000 a una cifra cercana a los $200.000 por el tratamiento más largo. Es cierto que con todo lo que uno gasta en cigarrillos dicha inversión se justifica, yo por lo menos compro una cajetilla de 20 todos los días así que mi gasto al año es de $657.000, sin considerar los días de carrete donde a veces compro dos cajetillas.

Además del beneficio económico están los obvios para la salud y eso, creo, es impagable… Allí está lo cruel, cuánto estas dispuesto a pagar por tu salud? Siendo que el tratamiento es efectivo, cuántas personas se quedan sin poder acceder a él porque no tienen dinero para costearlo?, Son las cosas del libre mercado… Afortunadamente pude hacerme de las pastillas, gracias a mi prima quien viajo fuera del país, a un precio menor, pero tampoco mucho más bajo.

El otro punto negro de champix son sus efectos secundarios, que para ser sincera son poco tranquilizadores; los más comunes son nauseas, alteraciones del sueño, estreñimiento, flatulencia y vómitos. Esos son bastante piola, los más preocupantes son los psiquiátricos: depresión, agitación o se agudizan las enfermedades psiquiatritas pre-existentes; también cambios en el humor, psicosis, alucinaciones, paranoia, delirio, ideación homicida, agresión, ansiedad y pánico, así como ideación suicida y suicidio…. Se ve grave, cierto?

El asunto es que todas estas reacciones las experimentaron las personas tanto que usaban champix como las que estaban con el placebo, esto quiere decir que muchos de estos síntomas son propios del dejar de fumar, no tan solo del medicamento. Por mi parte no me preocupa porque estaré con un tratamiento psicológico de apoyo, pero de allí que para nadie es recomendable automedicarse champix, se DEBE estar bajo la supervisión de un médico. 

Detractores hay bastantes, afortunadamente esos efectos secundarios están en la categoría de “poco frecuentes” y “raros” y sinceramente prefiero arriesgarme que seguir dependiendo del cigarrillo. Por cierto mañana es mi cita con el psicólogo para iniciar el tratamiento... que nervios!

viernes, 25 de noviembre de 2011

Fumar es malo


Fumar es malo, todos lo sabemos, sin embargo aquí estoy escribiendo esto con un pucho en la mano. Y pensar que en algún momento se dudó de su poder adictivo.

La verdad es que con mis conocimientos de biología medianamente comprendo el sistema de recompensa que subyace detrás de las adicciones, por lo que es imposible rebatir que la nicotina es una droga adictiva y que tiene efectos que para los fumadores tal vez pasan desapercibidos. 



Siendo así debo admitir que siempre me ha llamado la atención la existencia de gente que consume cigarrillos sin volverse realmente adicta (u otras sustancias potencialmente adictivas), claramente consecuencia de las características individuales y del medio donde se desarrollan éstas. Lamentablemente yo no me encuentro entre ellas.

El punto es que la adicción al cigarrillo no parece tan dañina gracias a un fuerte trabajo de las agencias de publicidad en los años ’50, donde hasta tu dentista te recomendaba fumar viceroy!!!. Ni hablar de las manos negras de las industrias tabacaleras para lavar su imagen. Toda esta publicidad “positiva” es difícil de borrar, a eso sumémosle el potencial adictivo de la nicotina y tenemos lista la receta para encadenar a una gran cantidad de personas a consumir por el resto de su vida.

Estoy segura que casi todos partimos fumando por imitación o buscando la aprobación de los pares (aunque sea de forma inconsciente), lo que vendría a ser el componente social de la adicción. A medida que se sigue fumando se activan los mecanismos que generan dependencia fisiológica y por otra parte están los factores psicológicos, así en estricto rigor es una triple adicción.

Aunque tengamos claro a estas alturas los efectos dañinos del consumo de cigarrillos un fumador, a los ojos de la sociedad, no se ve tan mal como un borracho odioso o un cocainómano angustiado, así que de cierta manera se tolera más, pero ojo que esta persona es un ADICTO con todas sus letras.

Como decía hasta hace poco nadie reparaba mucho en los fumadores, pero las cosas cambian. Las restricciones para los fumadores son cada vez mayores, la publicidad de cigarrillos esta prácticamente erradicada de todos los medios y se suman (no tanto como uno quisiera) campañas que educan y previenen el consumo. En este último punto es donde más se flaquea debido quizás a que el gobierno no desea perturbar a las grandes industrias tabacaleras y la cantidad de dinero que se mueve en torno a una adicción “legal”.

Por mi parte he tomado conciencia del daño que produce el tabaquismo, que no se ve hoy, que se verá en unos cuantos años más cuando me detecten vaya uno a saber qué cáncer, enfisema, etc. Creo que ese es el primer paso, no basta sólo con saber que el cigarro te produce cáncer… hay que COMPRENDERLO y quizás experimentar que te falta aire cuando corres o esa tos “que me entra al levantarme” (como dice Serrat).

Luego viene el momento en que uno se da cuenta que es un adicto porque a veces estas haciendo algo y necesitas un cigarro… no que quieras un cigarro, lo necesitas; son sensaciones diferentes y el que fuma o fumaba sabe a lo que me refiero, la segunda señal es que cada vez necesitas aumentar tu consumo de nicotina, ya sea aumentando la cantidad de cigarros o fumando otros mas fuertes y lo mas triste es que mientras más le das, tu cerebro se acostumbra y necesita mayor cantidad de nicotina para sentir placer y así… todo lo que es un “círculo vicioso”. Otra característica son los intentos fallidos y de esos tengo un par… recuerdo que por meses no fumaba nada en la semana y los fin de semana me desquitaba, pero pronto volví a fumar igual o mucho más que antes; digamos que logré controlar cuanto fumaba pero nunca lo deje completamente. Es así como hoy por hoy me fumo una cajetilla de 20 al día. Mucho, cierto?.

Cada vez que me duele la garganta por haber fumado mucho me siento culpable, pero sin embargo allí voy, a prenderme otro cigarro casi por inercia y eso esta mal. Por fin me he decidido a dejar de fumar y aunque fumo bastante no creo que se me haga tan difícil porque en lugares donde no esta permitido fumar, puedo estar muuuuucho rato y sin sentir la necesidad de fumar. Lo que sí se, es que si bien la voluntad de dejarlo es crucial, en mi caso no es suficiente, así que busqué ayuda profesional para iniciar un tratamiento con Champix, un medicamento que ha obtenido buenos resultados y mejor aún si es apoyado por psicólogos que te ayuden a manejar la ansiedad. Mas adelante comentaré algo más sobre él.

Tengo todas la ganas del mundo y se que puede ser difícil, pero estoy decidida y positiva al respecto, sólo me queda esperar un par de días para el psicologo y me embarco en esto de dejar de fumar!