Cuando la
idea de dejar de fumar empezó a rondar por mi cabeza, me fui directo a la
fuente de todo lo que existe en el mundo: Google XD
La web es
fuente infinita de conocimientos, algunos útiles y otros definitivamente son
basura. Dentro de todos los métodos para dejar de fumar leí uno bien loco que
consistía en un plan de ingesta de agua en ayunas, no entendí muy bien de que
se trataba pero la idea básica era llenarte con cantidades irrisorias de agua…
cómo eso te ayudaba a dejar de fumar, nunca lo sabré.
En un lado más serio
estaban las charlas motivacionales de Allen Carr, donde por cierto te
reembolsan tu dinero si es que no lo dejas, las
hipnosis, el
cigarro electrónico y muchas páginas de
consejos que son muy útiles y
otros prometiendo resultados
milagrosos. Todos
métodos que de seguro les han resultado a algunos, donde el hincapié esta en
controlar los deseos de fumar sólo con el poder de la mente.
La fuerza
de voluntad es lo principal, en eso creo que todos estamos de acuerdo y ningún
tratamiento o método podría funcionar sin tener la voluntad y el deseo de dejar
de fumar, pero en ciertos casos eso no basta, la dependencia a la nicotina es
algo fisiológico que involucra neurotransmisores y mecanismos neurobiológicos
complejos donde es probable que tu voluntad falle.
Y allí fue cuando a los
químicos farmacéuticos de Pfizer se les ocurrió crear un medicamento que ayuda
a bajar la ansiedad y los síntomas de abstinencia en una terapia de cesación
tabáquica:
Champix que salió a
la venta en el 2006 (el link lleva al prospecto del medicamento).
Desde que
está en el mercado los resultados han sido muy prometedores, champix logra
alrededor de un 50% de abstinencia una vez finalizado el tratamiento (pensarán
que es poco, pero las recaídas son casi ineludibles en los tratamientos para
dejar de fumar). Cuando leí sobre él me dije, esto es lo que yo necesito, una
pequeña ayuda a la voluntad.
Debido a
que es taaan efectivo, la gente comenzó a comprarlo y es aquí donde empiezan
las cosa negativas: El precio subió estratosfericamente y pasó de $75.000 a una
cifra cercana a los $200.000 por el tratamiento más largo. Es cierto que con
todo lo que uno gasta en cigarrillos dicha inversión se justifica, yo por lo
menos compro una cajetilla de 20 todos los días así que mi gasto al año es de
$657.000, sin considerar los días de carrete donde a veces compro dos
cajetillas.
Además del
beneficio económico están los obvios para la salud y eso, creo, es impagable…
Allí está lo cruel, cuánto estas dispuesto a pagar por tu salud? Siendo que el
tratamiento es efectivo, cuántas personas se quedan sin poder acceder a él
porque no tienen dinero para costearlo?, Son las cosas del libre mercado… Afortunadamente
pude hacerme de las pastillas, gracias a mi prima quien viajo fuera del país, a
un precio menor, pero tampoco mucho más bajo.
El otro
punto negro de champix son sus efectos secundarios, que para ser sincera son poco
tranquilizadores; los más comunes son nauseas, alteraciones del sueño,
estreñimiento, flatulencia y vómitos. Esos son bastante piola, los más preocupantes
son los psiquiátricos: depresión, agitación o se agudizan las enfermedades
psiquiatritas pre-existentes; también cambios en el humor, psicosis,
alucinaciones, paranoia, delirio, ideación homicida, agresión, ansiedad y
pánico, así como ideación suicida y suicidio…. Se ve grave, cierto?
El asunto
es que todas estas reacciones las experimentaron las personas tanto que usaban
champix como las que estaban con el placebo, esto quiere decir que muchos de
estos síntomas son propios del dejar de fumar, no tan solo del medicamento. Por
mi parte no me preocupa porque estaré con un tratamiento psicológico de apoyo,
pero de allí que para nadie es recomendable automedicarse champix, se DEBE
estar bajo la supervisión de un médico.
Detractores hay
bastantes,
afortunadamente esos efectos secundarios están en la categoría de “poco
frecuentes” y “raros” y sinceramente prefiero arriesgarme que seguir dependiendo
del cigarrillo. Por cierto mañana es mi cita con el psicólogo para iniciar el tratamiento... que nervios!