Hago esa
aclaración porque anda por la web un documento similar que se llama “Las 10cosas que odio de los cumpleaños” que por cierto es bastante nefasto y escrito
básicamente por un amargado…
No son los gritos, las carreras, las challas ni ningún lugar común cumpleañero; son niños y así son. Mis críticas apuntan a otro lado.
Los niños
están aprendiendo a socializar constantemente en los colegios, en sus casas y
en los cumpleaños a los que asisten, de allí que muchas de las tradiciones
cumpleañeras me dan susto, urticaria y despiertan el ogro que hay en mi.
La piñata:
Linda tradición mexicana que me provoca un poco de miedo… ¿Quién no fue
golpeado, pisado, aplastado y atropellado esperando por los dulces que caen de
una piñata? (si, es un trauma infantil personal).
Es una
verdadera avalancha humana donde se mezclan niños grandes y chicos (adivinen
quien pasa por encima de quien) y eso que no contamos a las mamis y papis que se meten en el tumulto para agarrar más dulces para su
progenie, porque por supuesto es una competencia
y gana el que atrapa más dulces. Al
final siempre hay un par que lloran porque les llego un coscacho o no
alcanzaron a atrapar ningún dulce. El epilogo es que si quieres tener más
tienes que atropellar al resto y quizás hasta usar la violencia si fuese
necesario… Por qué no mejor enseñar a compartir? Tanto drama y riesgo por un
puñado de dulces??? Mmmm no lo creo.
Los
regalos: Esto era nuevo para mi hasta hace poco… Lo de juntar los regalos y abrirlos
al final me parece bien y de sentido común, pero qué m#$%& es eso de cantar
“este regalo de quien será?”. Esa obsesión materialista de saber cuanto gastó
una persona porque eso es lo que vales para él, o lo que te valida ante el
resto… Me molesta tanto que me cuesta redactar porque las ideas se me agolpan
en la cabeza.
Que tontería!,
aquí de verdad que me sale el ogro… Esta bien, tal vez, saber de quien es el
regalo, pero nunca falta el que hace el comentario desatinado, que por lo
general viene de algún mayor. Dónde quedó esa enseñanza de que “lo que importa
es la intención”? Que esa persona pensó en ti y lo demuestra con algo que (ojalá)
te guste?. Yo sinceramente lo creo y no creo que pensar eso esté mal, no?
Ambas
tradiciones son una contradicción a todo lo que queremos enseñar a los niños
para vivir en una sociedad armoniosa, a menos que yo ande muy perdida en este
mundo y sí hay que enseñar a los niños que esta bien que otro llore porque
acaparé todos los dulces (se entiende la metáfora, no?). Ustedes dirán: “tonta
grave” pero todo significa algo y se aprende más en la vida con la experiencia
que con las palabras.
Es triste pero en
definitiva lo peor de los cumpleaños infantiles somos nosotros los grandes…